—Tu vida no la escribes con palabras —dijo el monstruo—. La escribes con acciones. Lo que piensas no es importante. Lo único importante es lo que haces.
Conor sujetaba a su madre con fuerza.
Y al hacerlo, pudo por fin dejar que ella se fuera.
No lo entiendo. ¿Aquí quién es el bueno?
—No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio.
«Hay cosas peores que ser invisible»
—Porque los humanos son animales complicados —dijo el monstruo—. ¿Cómo puede una reina ser a la vez una bruja buena y una bruja mala? ¿Cómo puede un príncipe ser a la vez un asesino y un salvador? ¿Cómo puede un boticario tener un carácter del demonio pero ser recto en sus principios? ¿Cómo puede un párroco tener malos pensamientos y buen corazón? ¿Cómo es posible que los hombres invisibles estén más solos cuando consiguen que todo el mundo los vea?